Conozco monumentos a héroes
nacionales, batallas, presidentes, escritores, científicos, memoriales de
víctimas de la guerra o la represión, y,
en los últimos tiempos, a deportistas. Personajes y circunstancias históricas a
las que las ciudades prestan reconocimiento, homenaje o rescatan memoria de lo
sucedido. Nunca había visto, sin embargo, un monumento a una canción, como
ocurre con “Sentados frente al mar”, en Puerto Montt (Chile). La canción,
emblemática del grupo uruguayo “Los Iracundos” desde su presentación en un
festival musical en 1968, es “himno no oficial” de la ciudad según reconoce una
placa informativa al pie del monumento.
Antes, la novela “Todo
Termina Aquí”, de Gustavo Espinosa (título que también evoca la canción de
referencia y cuyo desarrollo se vincula, en parte, con la música de Los
Iracundos) seguía el trayecto del músico “electrón” Larrosa hasta los confines
australes de Chile y previo a su desenlace,
pasa por Puerto Montt y da cuenta del monumento.
Lo encontré de paso por la
costanera de la ciudad, en oportunidad del “VII Congreso de Derecho del
Trabajo” que organizó este diciembre la
Universidad de San Sebastián sede de La Patagonia, la Asociación Regional de
Magistrados de los Lagos y la Corporación de Asistencia Judicial de la Región
de Los Lagos.
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