La visita al Museo de la Revolución
Industrial en Fray Bentos (capital del departamento de Río Negro, Uruguay), descubre
un extraordinario testigo edilicio de
una de las más importantes concreciones del “espíritu del capitalismo” en la
periferia: la fábrica de extracto de carne, aunque el establecimiento elaboraba
cerca de 200 productos.
La creación del extracto de carne, en
particular el corned beef, hizo que la
conservación del alimento se extendiera más allá de lo que permitían las
técnicas del charque o tasajo hasta el momento conocidas. El invento es
atribuido al Barón Justus von Liebig (Darmstadt, 1803 – Munich, 1873) uno de
los pioneros del estudio de la química orgánica, quien asociado al ingeniero
Georg Giebert generara la Liebig Extract of Meat Company justamente en Fray
Bentos. En 1924 se transfirió a capitales ingleses dando lugar al “Frigorífico
Anglo”, que llegó a contar con una plantilla de 3500 trabajadores. Algunos
filmes como “El Paciente Inglés” dan cuenta de la presencia del corned beef
producido en Fray Bentos como parte de la cotidianeidad de la vida durante las guerras mundiales. El
desarrollo tecnológico y el aprovechamiento de la materia prima llegó a tal
punto que se hizo común decir que lo único que se desechaba del animal era el “mugido
de la vaca”.
El establecimiento pasó luego a
posesión del Estado uruguayo y cerró definitivamente en 1979. Es hoy museo
histórico y patrimonio histórico de la humanidad.
La visita de las instalaciones es una
clase viva del modo de producción fordista típico del período. Pero es también
una muestra de la necesidad de emprender su conservación de manera más
efectiva. Van algunos testimonios
fotográfico de nuestra visita reciente.
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