jueves, 30 de mayo de 2019

Derecho del trabajo, política y cristianismo en el pensamiento del prof. Américo Plá Rodríguez



(apuntes de nuestra intervención en el evento de homenaje a los 100 años del nacimiento del profesor Plá Rodriguez “Trabajo, Política y Cristianismo”  realizado en la sala Camacuá  de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay)

1. En este acercamiento a las distintas dimensiones de la personalidad del Profesor Plá Rodríguez me corresponde hablar de su faceta laboral; no como el gran trabajador que fue, sino de su significación como profesor de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de alcance iberoamericano y mundial, en tanto fue presidente de la Sociedad Internacional de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social.

En una aproximación primaria, puede parecer que las facetas que se resaltan en este homenaje:  a) su vida académica, b) su actividad política, y c) su espiritualidad, estuvieron muy compartimentadas, sin conexión entre ellas, como si Plá Rodríguez hubiera trazado una frontera intransitable para mantenerlas aisladas y hubieran seguido un trayecto paralelo, sin vincularse.

Cada espacio - el académico (saber), el político (actuar), el espiritual o axiológico (fé) -  habrían conocido un Plá distinto. Como si el parlamentario y fundador del Frente Amplio no hubiera conocido al autor de obras jurídicas de peso ni al hombre de fe cristiana.

2.  Voy a ensayar una explicación diversa, un poco contra la corriente de esa visión compartimentada, ubicado desde el lado de sus aportes al Derecho del Trabajo.

O sea, trataré de dar una respuesta a una pregunta difícil: qué marcas dejó Plá Rodríguez de sus concepciones políticas y espirituales en su enseñanza del Derecho del Trabajo.

3. Comenzando a desmontar ese prejuicio,  quiero decir que es su concepción pluralista en lo político y personalista comunitaria en lo filosófico (con base en sus lecturas de Maritain) fundamentan desde mi punto de vista muy acabadamente la creación del “Grupo de los Miércoles”.

¿Qué era el grupo de los miércoles?

Se trató de una iniciativa de Plá como respuesta a la intervención de la Universidad por la dictadura militar, que había desplazado a un conjunto de profesores que se vieron privados de ejercer la docencia y la investigación.

Plá Rodríguez nucleó un conjunto de esos profesores de derecho del trabajo para dar curso a una experiencia inédita de estudio, diálogo y reflexión sobre temas jurídico – laborales desde 1975 hasta 2008 (la experiencia se prolongó hasta poco después del fallecimiento de Oscar Ermida Uriarte, quien había coordinado el grupo desde la desaparición de su impulsor).

¿Cuáles fueron las características que Plá Rodríguez imprimió al grupo de los miércoles que delatan su cosmovisión de fondo en lo político y espiritual?

Desde el punto de vista político, la libertad y el pluralismo constituyen dos de sus perfiles fundamentales  que se reflejaron claramente en la composición del grupo de los miércoles integrado por abogados de patronos y de trabajadores; por  quienes tenían una concepción materialista o liberal; por quienes eran abogados prácticos y quienes ponían el centro de su actividad en lo académico; por   quienes tenían trayectoria en cualquiera de esos campos y quienes recién iniciaban su carrera, etc.

Sobre todos ellos Plá ejercía su magisterio en la búsqueda de “la parte de verdad de las doctrinas contrarias” y construyendo asi el conocimiento de la disciplina del Derecho del Trabajo y trasparentando su concepción de materializar la unidad en la diversidad, otra de sus ideas/fuerza.

Esa concepción pluralista había inspirado también su accionar cuando participó en la creación del Frente Amplio, una inédita conjunción de corrientes políticas como la Democracia Cristina y el Partido Comunista que no  pudo repetirse fuera del Uruguay  en épocas de guerra fría .

3. Pero Plá Rodríguez y su familia nos recibía los miércoles en su casa de la calla Isabelino Bosch.

Acá hay otra marca de su pensamiento profundo.

Durante al menos dos horas 30 ó 40 laboralistas rompíamos la cotidianeidad del hogar del los Plá Regules todos los miércoles. Nos recibía en su Casa, alterando gustosamente su rutina familiar.

- Las reuniones seguían cierta ritualidad  litúrgica:
- Tenían un orden predeterminado del que no se desviaban;
- Se desarrollaban con puntillosa puntualidad;
- Eran presididas por Plá junto a Raúl Varela, detrás de una pequeña mesa, que no simbolizaba jerarquía alguna;
- Los asistentes guardábamos casi la misma ubicación semana a semana.

4. Esa repetición generó una tradición, un modo de ser del universo de los laboralistas.

Desde el lado de la práctica profesional, permitió el conocimiento y el compañerismo entre colegas, que luego podían enfrascarse en complejas y a veces ríspidas controversias a nivel de los estrados judiciales.

Desde el lado de los estudios laborales, abrió el panorama a enfoques y novedades del derecho comparado por la circulación de libros, materiales, informaciones que Plá prodigaba con absoluta generosidad, conjugado con las visitas que recibíamos de cada profesor extranjero que recalaba en Uruguay y que todavía hoy recuerdan cada vez que tenemos oportunidad de reencontrarles.

5. Pero toda tradición necesita de un libro, y acá aparece una marca fundamental.

Plá escribió muchos libros, es obvio.

Fundó la revista Derecho Laboral en 1948, con Francisco de Ferrari y Héctor – Hugo Barbagelata, que hoy tenemos la responsabilidad de dar continuidad junto a un grupo de colegas muy comprometidos y talentosos.

Pero el libro emblemático de Plá Rodríguez es “Los Principios del Derecho del Trabajo”, cuya primera edición es de 1975 y la última, de Fundación de Cultura Universitaria, de 2015, de la cual hemos tenido el honor de prologar.

¿Cuáles son las claves de la perdurable influencia del libro en la comprensión, la enseñanza y la aplicación del Derecho del Trabajo?

Siguiendo la modalidad de Plá, que quería explicar los fenómenos con base en tres razones, voy a dar las que a mi juicio son cardinales: 

a)  La obra identifica – no “inventa” sino que “descubre” los principios, y presta una estructura potente al derecho del trabajo, que presenta una infinidad de normas de distinta procedencia (Constitución, ley, convenios internacionales, convenios colectivos, resoluciones de consejos de salarios, decretos, resoluciones, etc), a veces contradictorios,  fundamentalmente en un ordenamiento jurídico como el nuestro  que no cuenta con  un código laboral que sistematice toda la normativa existente. Erige a la protección preferente del trabajador como esencia del derecho del trabajo, punto de partida de toda lectura del derecho laboral, una especie de Aleph que proporciona una comprensión inmediata del “para qué” de esta disciplina jurídica; 

b) Está escrito como deben estar escritos los libros fundacionales, o sea, de manera llana, con un estilo y una preocupación didáctica muy evidente y lograda. El libro suma una explicitación de cómo ha sido construido, de su método, de cómo llega a concebir la existencia de los principios,  como se manifiestan, cuales son las principales consecuencias prácticas, cómo evolucionan, etc; 

c) Finalmente, “Los Principios…” es el tipo de libros que producen un lector ideal, un libro que modifica radicalmente el modo en que se lee: ya no será posible desprenderse de ese sentido original del derecho después de su lectura. Pasa a integrar el modo de ser de una cultura jurídica.

No hay que soslayar la frase final de “Los Principios…” en que se cuela de manera imperceptible la integralidad de la concepción de Plá, en un giro que  – permítaseme el abuso del lenguaje -  es casi evangélico: “pretende ser un libro incitativo, cuyo mérito principal sea su fecundidad. Aspira a ser semilla, no fruto”.

6. Como inicialmente anoté, no es ésta una intervención sencilla; sale de los cánones de lo admitido como tratamiento de la obra jurídica de una autor de culto en nuestra disciplina.

Al cabo de esta breve intervención, no he querido establecer conclusiones definitivas, sino salir de lecturas muy parcelizadas de Plá Rodríguez y explorar los rasgos más amplios de su personalidad para alcanzar un conocimiento más integral de su pensamiento y su práctica del Derecho del Trabajo, estableciendo vías para transitar entre el profesor de derecho del trabajo, el político y el hombre de fe.

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