miércoles, 23 de febrero de 2011

Juicio en Nuremberg, 1961, Stanley Kramer


Con un reparto que incluyó a Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich, Maximilian Schell y Judy Garland, la película aborda el juicio a los magistrados que aplicaron la ley nazi durante el Tercer Reich.

En su primera intervención, la parte demandante (un oficial del ejército norteamericano) dice. “el juicio es inusual. Acusamos a estos hombres de cometer crímenes en nombre de la ley”.

El juicio a los militares y a quienes tenían mando en la época hitlerista había pasado; en esta etapa, se juzgaba la responsabilidad de cuatro jueces del aparato judicial nazi.

La defensa de los acusados aduce que todos los alemanes serían responsables, y aún lo serian gobiernos como el de la Unión Soviética, que había pactado con Hitler, y también el norteamericano y más en general el mundo entero tenía conocimiento de lo que ocurría en Alemania.

Los acusados, articulan sus defensas con base en cuatro respuestas:

-          la de quien esgrime razones políticas, o sea, quien estima que el régimen nazi defendió al sistema y a occidente contra el avance bolchevique;
-          la respuesta de quien se quiebra emocionalmente y no puede articular palabra alguna;
-          la del “buen juez”, el aplicador de la norma vigente (Friedrich Hochstetter);
-          la de quien reconoce el horror pero desde una perspectiva del “superhombre” alemán, que considera mediocres a sus pares (una visión Nietchziana).

Importa la defensa que de sí mismo hace Hochstetter:

“Actué según los más altos cánones de mi profesión.
Sacrifiqué mi concepto personal de justicia en obediencia a las autoridades institucionales. Hacer solo lo que dicta la ley sin cuestionar si eso era justicia.
Como juez no podía hacer otra cosa.
Creo que Uds. me encontrarán a mi así como a miles de alemanes que cumplieron con su país, inocente”

Al final, el juez Dan Hayward se encuentra empacando sus maletas en el hotel. Llega Rolf, el defensor de los acusados, que han sido condenados a prisión perpetua. Le dice que Janning (el juez mas capacitado, profesor universitario y hombre de prestigio que fue quien reconoció los horrores de su práctica pero sin arrepentimiento) quiere hablar con el y que pese al veredicto, “en cinco años estarán libres”.

“Su lógica no es tener la razón”, le responde Hayward.

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