La agrupación docente "Por los Principios Universitarios" y el Frezelmi estudiantil y egresados
Se
transcribe una entrevista realizada de manera previa a la elección y plebiscito del Centro de Estudiantes de
Derecho que determinó que la agrupación Frezelmi mantuviera la mayoría de dicho
Centro y que la candidatura más votada fuera la nuestra por un porcentaje
superior al 55% con miras a mandatar a los representantes estudiantiles en la
elección de Decano a realizarse por el Claustro de la Facultad de Derecho de la
Universidad de la República
Pregunta: ¿porque asumiste este desafío de
presentarte para ser decano?
Respuesta:
No rehúyo la respuesta, pero entiendo que se trata de simplemente de hacer
parte de un equipo de trabajo que integra docentes destacados en la enseñanza y
en la gestión las distintas carreras de
la Facultad de Derecho, como el caso de los Prof. Gustavo Arce y Juan Raso, que
supieron implementar cambios exitosos
que resultaron modélicos en lo
curricular en las carreras de Relaciones Internacionales y Relaciones Laborales
durante el decanato de la Prof. Bagdassarian, así como otros colegas que representan
compromisos y valores universitarios muy relevantes, como el Prof. Roque Molla.
Por otra
parte, a 100 años de la Reforma Universitaria, entiendo también que nuestro
modo de ver y actuar en el co gobierno se traduce en una articulación muy
fluida con los órdenes de estudiantes y egresados para generar sinergias
transformadoras.
P. ¿Cómo ha sido tu experiencia en la gestión universitaria?
R. Formé
parte del equipo que trabajó en el decanato de la Prof. Dora Bagdassarian, en
particular, como miembro del Consejo de
la Facultad durante su segunda gestión. Colaboré con el prof. Juan Raso Delgue,
Coordinador de la carrera de Relaciones Laborales, en la implementación de la
Licenciatura. He sido también Coordinador de Educación Permanente, en cargo
alcanzado por concurso, y Director
Académico de la Escuela de Posgrado en la maestría y especialización en Derecho
del Trabajo y la Seguridad Social. Renuncié a ambas responsabilidades en 2015,
cuando los colegas me propusieron a la Dirección del Instituto de Derecho del Trabajo y la
Seguridad Social, ya que entendí que no
era bueno acumular distintas responsabilidades. En el Instituto formamos la
Mesa de Dirección con las colegas Rosina Rossi y Beatriz Durán, laborando con
base en un plan de actividades que trataba de promover la participación de los
docentes más jóvenes. Mi gestión terminó
en febrero de 2017.
P. ¿Qué balance haces del período 2014-2018?
R. La
mayoría que ha conducido la gestión universitaria prometió un salto en calidad
de la enseñanza que no se produjo, y el resultado que deja para el futuro es,
al fin de cuentas, la modificación del
plan de estudios en las carreras de Abogacía y Notariado. El cambio se hizo de
manera al parecer un tanto improvisada, y digo “al parecer” porque no cuento
con certeza ya que quienes condujeron ese proceso no habilitaron un análisis
detenido ni abrieron espacios suficientes de discusión acerca de lo que
implicaba el nuevo plan. Nuestra agrupación docente fue muy crítica de ese modo
de proceder. Lo cierto es que subsisten problemas de presupuestación y de
infraestructura, la que además, se deterioró notoriamente durante el período, y
para ello basta con observar que no se puede acceder a uno de los patios por
riesgo para la seguridad física.
P. ¿ Qué pensás
de la situación docente?
R. La
docencia en la Facultad debería dejar definitivamente de comportarse como una
especie de tiempo marginal que se le dedica luego de una jornada extensa en la
actividad profesional liberal. Creo que ese es una percepción común a muchos
docentes. Lejos de conducirse hacia ese lado, estos años mostraron que la gestión
de la Facultad intentó por dos veces reducir el salario
docente bajo distintas formas, proceso que afortunadamente todavía no ha podido
materializarse por las resistencias y críticas que levantó a nivel gremial.
Pero lo fundamental ha sido que la dirección de reducción salarial va a
absoluto contramano de cualquier esbozo de mejoramiento y dedicación de la
calidad docente.
P. Tú has sido parte de la carrera de
relaciones laborales. ¿qué análisis haces de la situación actual de la carrera?
R. Me
parece que está desatendida y que no es prioridad de la actual mayoría. La creación de la
Licenciatura de Relaciones Laborales durante el decanato de la prof.
Bagdassarian y la Coordinación del Prof. Juan Raso fue un extraordinario impulso a la innovación
curricular y a la gestación de
oportunidades para jóvenes docentes, proceso que lamentablemente no tiene
actualmente la continuidad que requiere.
P. ¿Cuál entendes debe ser la política de
posgrados?
R. La
formación permanente y la especialización son hoy no solamente un derecho sino
también una obligación de todo universitario y de toda persona que pretenda
mantenerse actualizada en los procesos de trabajo, tanto intelectuales como
operativos (una distinción ésta, además, que va perdiendo pertinencia ante el
avance tecnológico). En materia de educación permanente, la Facultad tiene
además la oportunidad de vincularse fuertemente con el medio no solo a nivel
del trabajo profesional, sino a través de las mediaciones que se hacen con las
actividades y cursos para “nuevos destinatarios”, como hemos hecho con cursos
de relaciones laborales para sindicalistas. Nos resta trabajar muy fuertemente en la creación de un posgrado en
“Ciencias del Trabajo”, según una denominación que me parece muy apropiada que
había propuesto el Prof. Pablo Guerra, de modo de tener una salida formativa
para egresados de la Licenciatura de Relaciones Laborales,.
P. Las estadísticas demuestran que muchas personas no continúan sus estudios
por diversas dificultades ¿qué piensas sobre esta
situación?
R. Es un
problema, como el de la seguridad, que
se vincula con procesos sociales y culturales muy profundos y que se desatan
luego de una larga gestación que queda invisibilizada. Por ello su mera comprensión y las vías de
superación son complejas. En relación al abandono de los estudios, su encare
debe ser holístico, porque enfocarlo exclusivamente como un problema de la
enseñanza universitaria es tratarlo en
su resultado final y no en su dimensión
mas general. En todo caso, y mirado desde la Facultad, las medidas de
reinserción para quienes abandonaron los estudios universitarios deberían consistir
en facilitar el cursado de las asignaturas, crear instancias de información e
incentivo, y hasta pensar en reconocer o certificar conocimientos adquiridos de
diversas maneras, fundamentalmente en educación permanente.
En el
decanato de la prof. Bagdassarian se habían ensayado actividades del tipo
“Derecho y Actualidad” que es una forma de acercar nuevamente a quienes se
encuentran fuera de los cursos formalizados, ya que se trabajaba con asuntos de conocimiento público a cargo de docentes
especializaos en cada tema. En nuestro caso, habíamos implementado algunas actividades de
“Cine Jurídico” que también iba en la dirección de acercar a quienes tenían un
vínculo más débil con la Facultad, interactuando
además dos fenómenos culturales como son
el Derecho y el cine.
P. Obtener el título es una
instancia muy importante y esperada ¿qué opinas de la actual situación donde la
entrega de títulos se hace por ventanilla de bedelía?
R. La
culminación de los estudios es un verdadero acontecimiento en la vida personal
y familiar que significa la concreción de un objetivo que debe celebrarse como
lo merece. Hay mucho esfuerzo personal y de toda la sociedad en aportar para la
formación, y la Facultad debió haber dado continuidad a la experiencia que
secuencialmente se realizaba en el Paraninfo y que permitía la expresión de la
alegría y el reconocimiento al valor que tiene formarse en una sociedad y en un
país que aprecia la inteligencia y el saber. Por otra parte, la cercanía del
público en esas instancias también operaba como una oportunidad de aproximación
a la Facultad y hacía más personalizado el vínculo, ya que habitualmente la
masificación de la enseñanza conduce al anonimato y la pérdida de referencias,
lo que puede conducir al abandono o a la migración a la enseñanza privada.
Conozco casos concretos.
P. ¿Cuáles serían las características de tu
decanato?
R. Hay un
desafío muy potente para todos y que desde nuestro punto de vista es esencial e
irrenunciable que es construir consensos
entre las distintas orientaciones y representaciones de los órdenes en torno a
algunos temas fundamentales de la
Facultad. Desde nuestra agrupación docente Por los Principios Universitarios
identificamos cuatro aspectos a trabajar
en el común interés en desarrollar la Facultad: estructura y carrera docente;
presupuesto; Licenciaturas de Relaciones
Laborales y Relaciones Internacionales; y mejoramiento del plan de estudios de
las carreras de Abogacía y Notariado.
En
cualquier caso, creo que un decanato en la Facultad de Derecho debe combinar
rasgos de tradición y de innovación. Se
trata de un equilibrio siempre difícil. Seguramente deberían retomarse algunas prácticas que me parecieron
en su momento como muy positivas para relacionar a la comunidad docente y
hacerla partícipe de los cambios a través de la información, la consulta, el
diálogo. Es importante que se conozca la gestión mediante memorias y balances
anuales, reuniones periódicas con los directores de Institutos y Núcleos,
retomar la experiencia del boletín informativo, mantener la página web
actualizada, etc. Entre las tareas de mayor envergadura se sitúa la de
posicionar de manera más visible e importante a la Facultad al interior del
medio universitario y en particular en el Área Social de la misma.
La
Facultad tiene una enorme responsabilidad en cuanto a contribuir al retorno a la cultura del respeto a las reglas
y la convivencia pacífica en la sociedad. Para ello debe extremar la formación
y superar el modelo del profesional que
egresa y que se precia únicamente por
ser bueno para plantear una demanda, presentar un alegato o recordar los plazos
procesales al detalle. Una Facultad de Derecho sin opinión ni presencia en el
medio social, que omita su misión de promover
el valor del Derecho y la Justicia, no cumple con ese cometido republicano que de
tan básico a veces pasa inadvertido.