La salida de obreros de una fábrica constituye un tópico cinematográfico, o sea, un recurso frecuentemente utilizado para simbolizar el trabajo industrial. Su origen está en unos célebres 45 segundos en que los hermanos Lumiere tomaron a la salida de la fábrica familiar en 1895.
Harun Farocki, un realizador contemporáneo alemán ha creado un sugestivo collage cinematográfico con ese tema, y en lo que sigue hemos seleccionado algunos comentarios de esa obra y finalmente un relato acerca de la filmación origina de esos verdaderos pioneros del cine que han sido los Lumiere.
“Trabajadores saliendo de la fábrica, es el título del primer filme mostrado al mundo por Harun Farocki. La referencia del titulo es a los 45 segundos, de la secuencia que muestra a los trabajadores de la empresa de productos fotográficos en Lyon, propiedad de los hermanos Louis y Albert Lumière, apurados, muy juntos, fuera de la sombra de las puertas de la fábrica y de cara al sol de la tarde.
Sólo aquí, frente a la salida de las fábricas, son los trabajadores un grupo social. Pero de puertas hacia afuera ¿a dónde van? ¿A una reunión? ¿A las barricadas? ¿O simplemente a casa?
Estas preguntas han preocupado a generaciones de realizadores documentales.
El espacio antes de las puertas de salida de las fábricas, siempre ha sido escena
de conflictos sociales. Además de que se ha convertido en un ícono de gran fuerza
narrativa dentro del séptimo arte.
En este ensayo documental, del mismo título, Harun Farocki explora esta escena de manera directa, a través de la historia del cine. El resultado de semejante esfuerzo es un fascinante análisis cinematográfico hecho con el mismo medio cinematográfico, muy en la línea de películas como Tiempo Modernos de Chaplin, Metrópolis de Fritz Lang y Accatonel de Pier Paolo Pasolini. El filme de Farocki muestra que la secuencia de los hermanos Lumière todavía trae consigo el gérmen de un desarrollo social previsible: la eventual desaparición de esta forma de trabajo industrial”
(Klaus Gronemborn, Hildesheimer, Allgemeine
Zeitung, Noviembre 21 de 1995).
“El primer filme nunca antes proyectado se titula Los trabajadores saliendo de la fábrica. Chaplin interpretó a un trabajador, y Marilyn Monroe una vez salió de la puerta de una empresa de pescados, pero los trabajadores de filmes no se han convertido en género principal en la historia del cine.
El espacio en frente de la puerta, de las fábricas, está lejos de ser una locación referida. Muchos de los filmes empiezan cuando el trabajo ha terminado. He recolectado imágenes de diferentes ciudades y de muchas décadas, expresando la idea “saliendo de la fábrica”, como si el tiempo hubiera venido a recolectar estas secuencias cinematográficas, de la misma manera en que estas palabras son llevadas juntas a un diccionario”. (Harun Farocki)
La realización original: La sortie des usines Lumière à Lyon
Los hermanos Auguste y Louis Lumière nacieron en Besançon el 19 de octubre de 1862 y el 5 de octubre de 1864, respectivamente, en el seno de una familia de pequeños industriales. En 1870 la familia se trasladó a Lyon, donde su padre abrió un estudio fotográfico, ambos trabajaron con él. El interés de los hermanos Lumière por las «fotografías animadas» se despertó cuando, a principios de 1894, su padre les trajo de París el kinetoscopio de Edison, incómodo aparato en el que era necesario aplicar el ojo a un visor para poder contemplar una película. Ambos hermanos pensaron de inmediato en los enormes beneficios que supondría un aparato capaz de proyectar aquellas imágenes sobre una pantalla.
A finales de 1894, Louis descubrió la solución y el cinematógrafo fue patentado el 13 de febrero de 1895, con el que rodó La salida de los obreros de la fábrica, la primera película de la historia del cine.
La salida de los obreros de la fábrica se proyectó por primera vez el 22 de marzo de 1895 en París en una sesión de la Société d'Encouragement à l'Industrie Nacional, la cual fue rodada tres días antes.
El film consiste en un sólo plano fijo y se muestra como salen los hombres y mujeres que trabajaban en la fábrica Lumière tras concluir su jornada laboral. Aunque la cámara permanece estática, el film tiene mucho movimiento interno, ya que los obreros están saliendo constantemente y cada uno va para un lugar diferente, se cruzan entre sí, algunos se tropiezan, otros están a punto de caer, hay un perro que los persigue, salen carruajes, bicicletas... Parece que cada uno tiene marcado el recorrido que tiene que hacer, como si fueran actores y actrices siguiendo un papel.
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