En una
reciente entrevista, el pensador habla de su último libro, enmarcado en la
filosofía “del acontecimiento” y del cine, una de sus referencias constantes.
Vamos a enfocarnos en su libro Acontecimiento. Es imposible hablar del concepto de "acontecimiento" sin hablar de Heidegger, el primer filósofo que habló sobre él (el concepto de Ereignis); han seguido este camino Deleuze, Derrida. Sin embargo, el gran filósofo del "acontecimiento" es Alain Badiou. ¿Qué representa Lacan para usted en esta ruta de pensamiento?
—Primero, digo varias cosas en mi libro en relación a este tema filosófico, porque he reunido varias nociones más o menos predominantes. En realidad mi postura es muy cercana a Alain Badiou: de hecho cuando hablo de Acontecimiento me refiero al de Badiou. Puedo decir que es algo nuevo, que aparece casi como un milagro, es contingente y nadie lo espera. Pero una vez que está aquí se convierte en universal en el sentido de que cambia tu vida, le da un giro radical. El ejemplo más bello es el de Badiou en su libro Elogio del amor: amor como Acontecimiento. Pongámoslo de esta manera: vas caminando por la calle, te resbalas por equivocación, te llevan a urgencias en donde una enfermera te cuida, te enamoras de ella y si esto se convierte en un amor verdadero cambia la vida. Esto es lo que me fascina: algo pasa por puro accidente y tu vida cambia por completo. Y sostengo que el Acontecimiento es algo siempre así, incluso en los grandes sucesos políticos. Mira la Revolución de Octubre, nadie la esperaba. Sabemos que meses antes en Suiza, Lenin dijo en un discurso a la juventud socialista: “tal vez ustedes o sus hijos serán los afortunados de ver la revolución socialista”, y sucedió unos meses después, pero con toda una serie de paradojas, tragedias, etcétera. En Egipto, por ejemplo la Primavera Árabe, nadie la esperaba, se dio y todo cambió de alguna forma.
Segundo, también hay otro tipo de acontecimientos que traté de abarcar de una forma condensada. En especial, el psicoanálisis lacaniano es de mucha utilidad, pues a partir de la tríada real-simbólico-imaginario puedo mencionar otros. Digamos, el trauma. ¿Qué significa? Algo sucede que destruye tu universo de significado y entonces el problema es cómo reconstruir tu vida. Este trauma es Acontecimiento. También tenemos un acontecimiento en el sentido de un nuevo mundo; quiero decir, vivimos una situación confusa y alguien nos propone un relato, y sucede de repente que las cosas se aclaran. Este sería el acontecimiento simbólico. Y tenemos uno más cercano a Deleuze, el acontecimiento imaginario como el maravilloso de la poesía haiku o el zen: algo pasa, algo muy pequeño, totalmente superficial, casi inexistente, y lo transforma todo. El punto no es abarcar una sola definición del Acontecimiento sino recorrer o transitar todas las posibles variaciones. También aquí, aunque desafortunadamente de forma muy breve, traté el Acontecimiento heideggeriano, que es el centro de su pensamiento. ¿Cuál es para Heidegger el Acontecimiento verdadero? No es una cosa que sucede en el mundo, sino la llegada de una nueva comprensión ontológica de la realidad. Por ejemplo, cómo aparece el universo para nosotros, cómo lo experimentamos, cuál es su significado para la vida. La comprensión más general de la realidad cambia, como dice Heidegger; en la era moderna el acontecimiento es la subjetividad, en el sentido de Descartes. Nos introducimos a una comprensión totalmente diferente de la realidad con respecto a la anterior época medieval, y así sucesivamente. Ahí tenemos el Acontecimiento. Por supuesto, tenemos dentro de la ciencia de hoy más y más acontecimientos: el campo completo de la física cuántica o por lo menos la cosmología cuántica, que se enfocan en acontecimientos como el sentido del big bang, la explosión inicial, los hoyos negros, entre otros más.
—O el darwinismo, la microbiología molecular.
—Exacto, es a lo que me refiero. Hubo un problema con mi libro publicado en inglés inicialmente por Penguin: estaba un poco largo y me insistieron que lo cortara. Así, desafortunadamente, no pude cubrir este material pues mi primera opción habría sido precisamente lo que acabas de mencionar. Te digo una cosa: en biología moderna a quien aprecio mucho es al chileno Francisco Varela. Lo admiro mucho y, aunque ya murió, fue el gran filósofo del acontecimiento biológico. Realmente tengo pesar por no haber podido cubrir esto tampoco.
—Usted emplea tres formas diferentes para referirse al Acontecimiento; permítame citar una directamente de su libro: "Acontecimiento es un punto de inflexión radical, que es, en su auténtica dimensión, invisible". ¿Podría explicar para los no filósofos esta definición?
—El acontecimiento es invisible porque no lo vemos. Desde el punto de vista de Heidegger o incluso de Badiou, no es lo que vemos sino el cambio en el horizonte, en la forma en que vemos las cosas. Como en la bella película de Lars Von Trier, Melancolía, el gran planeta o asteroide iba a golpear a nuestra tierra y todos nosotros íbamos a desaparecer; este es también otro tipo de acontecimiento. Pero básicamente el acontecimiento es cuando las cosas inexplicablemente cambian. La gente dice que es extraño porque si se miran las cosas parecen iguales, pero aparecen con una luz diferente. De alguna forma todo parece diferente aunque no podemos decir exactamente por qué o cómo se ven diferentes. Este es el acontecimiento más sutil. Insisto: es invisible no porque sea un poder místico oculto, sino porque no es lo que se ve, es la modalidad de tu ver, tu mirada. Ves las cosas de diferente manera. Encuentro esto en diferentes niveles, incluso en el budismo. Como los budistas radicales te podrían decir sobre la iluminación budista, como acontecimiento, no implica que algo cambia en la realidad sino lo que cambia es la forma en que uno se relaciona con la realidad
(…)
—¿Esto significa que la filosofía en este momento necesitará hablar del Acontecimiento como el problema del mundo?
—No como problema del mundo sino que, insisto, el acontecimiento es un concepto filosófico interesante; no es evidente qué significa en sí. Hay varias definiciones diferentes y mi punto no es reducirlas a una, ni decir solamente esto es un acontecimiento. La meta de mi pequeño libro es únicamente dar a mis lectores una idea general de todas las diferentes e, incluso, incompatibles dimensiones del acontecimiento. Desde la más radical, como por ejemplo si eres cristiano, sobre la creación del mundo, o si eres un científico, el big bang o una gran catástrofe. Desde estos mega acontecimientos, los grandes acontecimientos filosóficos, hasta el nivel más superficial (para algunas personas el acontecimiento es un nuevo best-seller, o alguna fotografía de un escándalo o lo que sea), no estoy simplemente preguntando lo que es un acontecimiento. La pregunta que estoy haciendo es: qué nos significa; todos los posibles, diferentes, significados cuando hablamos acerca de un acontecimiento. Qué damos a entender cuando decimos que este es un acontecimiento.
—Lo importante es poder ubicar al acontecimiento en un lugar y momento determinado, por ejemplo el aborto y los problemas de la neurociencia.
—Estoy de acuerdo contigo, pero de nuevo los problemas inmediatamente surgen: ¿por qué tenemos que aceptar el hecho de que la verdad última del ser humano es solamente accesible a la neurobiología y que todos los demás discursos —teológico, filosófico, psicológico— son solamente ilusiones, cuentos y cosas así? No estoy negando la gran importancia y valor de la neurobiología, solamente me pregunto: ¿es la única y exclusiva?, ¿es el último y único medio para alcanzar la verdad? Porque esto es lo que varios neurobiólogos afirman: “nosotros somos la verdadera ciencia del ser humano”. Todo lo demás, psicología, metafísica, arte, son imaginaciones. Pueden ser inteligentes, efectivos, pero no son la verdad. Insisto: las cosas son más complejas aquí.
—Hablemos de cine…
—Cuando tú me llamaste estaba viendo una película en copia pirata, en Europa todos somos piratas… La película está basada en la novela de Patricia Highsmith Two Faces of January; empecé a verla antes de que tú llamaras. Estoy viendo mi copia pirata. Soy un cinéfilo absoluto. Está muy de moda hablar en Europa de Luis Buñuel. Ya sea su etapa en España o Francia, y después de su regreso a Europa, sus últimos filmes: El discreto encanto de la burguesía, y otras. Pero me gustan mucho sus películas mexicanas. ¿Cuál es el título que hizo Buñuel en México? Una versión excelente de Cumbres borrascosas de Emily Brontë, y le puso algo así como Torrente de pasiones.
— Se titula Abismos de pasión, de 1953.
—Es una excelente versión. Me gusta mucho el Buñuel mexicano, no todas sus películas pero sí la mayoría. También me gusta el trabajo de Alfonso Cuarón. Yo di, hace dos meses, una entrevista para Criterion Collection que publicó la edición definitiva de Y tu mamá también. Más allá de que sea una película con su lado cómico, hay algunos aspectos en ella que me gustan tremendamente. Primero, el uso de la voz en off contando lo que está pasando, como una voz objetiva que de repente se impone para decir una verdad desagradable, como en el final de la película, cuando los dos amigos se reúnen y esta voz fría dice: ‘esta es la última vez que se van a ver’, después regresamos a ellos y creo que Gael García Bernal le dice al otro: ‘nos veremos pronto otra vez’, y nunca se vuelven a ver. Segundo, me gusta cómo introduce la parte política y de violencia social, ya que permanece como trasfondo. Puedes ver a la policía que está arrestando gente, pero esto solamente sucede en el fondo. De esta forma se muestra la violencia mucho más opresiva. También me gusta su película no mexicana, Children of Men, para la cual le hice una especie de entrevista para la edición en DVD. Me gusta mucho Cuarón.
—En su libro hay 17 referencias de películas. Más allá de ser un referente cultural urbano actual, ¿qué representa el cine para usted?
—Debo decir que es más complicado que eso. Desafortunadamente, la mayor parte del tiempo no puedo hacer un análisis cinematográfico pormenorizado, solamente utilizo rudimentariamente el cine como una serie de ejemplos para ilustrar un punto teórico o un punto de crítica ideológica. Espero ir más allá y hacer más, como lo que escribí de Hitchcock, Kieslowski, Tarkowsky; ahí sí hice un análisis detallado que significa encontrar la dimensión espiritual, la idea y demás, en la forma misma. Lo que me fascina en el cine es la definición de la gran cinematografía: la película cuenta una historia, pero la forma en que la historia es contada está generalmente en cierta tensión con la historia explícita y puedes tener un mensaje totalmente diferente de la forma en que la película fue filmada. Por ejemplo, la que considero que es una pieza maestra de la cinematografía americana, Short Cuts de Robert Altman: es una especie de crítica pseudoizquierdista de la alienación de la clase media en Los Ángeles, de la desesperación en la vida. La estructura de la película, la idea de diez líneas paralelas y múltiples encuentros contingentes, casi deleuzeana, da lugar a la idea de que hay una tensión entre forma y contenido
El Universal, México/GDA. Traducción de Dora-Lety López Calzada y Juan Pablo Rendón González) contenido
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