domingo, 25 de mayo de 2014

Acerca de la libertad sindical (nota editorial publicada el 24 de mayo en La República)

Hugo Barretto Ghione

Nuestro país ha ingresado, desde el año 2005, a un período histórico de 
extraordinaria ampliación de los derechos laborales. Parte del éxito de 
esas políticas ha sido elaborar una ejemplar síntesis de las 
tradiciones de autonomía sindical con modificaciones puntuales 
introducidas en el plano de las garantías al ejercicio de los 
derechos. 

Concretamente, se han resguardado la libertad y la autonomía sindical 
sin tomar el pernicioso camino del intervencionismo estatal conocido en 
otros países, casos en que los gobiernos se inmiscuyen en la vida 
interna de los sindicatos vía reglamentaciones, autorizaciones y 
reconocimientos, privilegiando así unas organizaciones respecto de 
otras por razones espurias. A ese respeto a la libertad y autonomía de 
las organizaciones, el gobierno asumido en 2005 sumó formas de 
protección para quien despliega actividad gremial (reintegro de quien 
fuere despedido por su acción o afiliación sindical, por ejemplo) que 
habían sido pertinazmente negadas por los partidos tradicionales 
secularmente en el gobierno.

De acuerdo a un estudio de la Confederación Internacional de Sindicatos 
(CSI), Uruguay se encuentra en el grupo de países en que “los 
trabajadores pueden sindicarse libremente y defender sus derechos de 
manera colectiva frente al gobierno y las empresas”, junto a Noruega, 
Dinamarca, Alemania, Finlandia y Suecia. Se trata de una ubicación más 
interesante que la obtenida en la FIFA.

Ironías aparte, el anuncio de la conformación de un agrupamiento de 
sindicatos por fuera del PIT CNT parece poner a prueba el concepto y 
las prácticas de la libertad sindical hasta ahora vigentes.

En un escenario como el que insinúa perfilarse, la libertad sindical 
tendrá nuevos desafíos, respecto de los cuales conviene desde ya contar 
con ciertas previsiones. Según trascendidos de prensa, algunos voceros 
de estas nuevas organizaciones habrían dicho que el Ministerio de 
Trabajo los “reconoció” al “registrarlos” o “inscribirlos”. Se trata de 
un grave error, producto, quiero creer, de la falta de comprensión y de 
experiencia y no de un rebuscado intento de confundir e indebidamente 
legitimarse.

En nuestro país no ha sido ni es necesario registro alguno para que las 
organizaciones sean titulares del derecho a la actividad sindical, y el 
Ministerio de Trabajo no puede determinar la representatividad sindical 
- es un problema que deben dirimir los propios sindicatos - ni mucho 
menos autorizar su funcionamiento. Las organizaciones cuentan desde el 
inicio con todos los derechos, aunque el vital ejercicio de la 
negociación colectiva lo tendrán solamente aquellos que presenten 
características tales como la “independencia”, “antigüedad”, 
“continuidad” y mayor número de afiliados.

Estos requisitos permiten la convivencia del efectivo pluralismo 
sindical con las debidas salvaguardas de que no surjan organizaciones 
inauténticas que no representen verdaderamente el interés de los 
trabajadores en relación de dependencia o que sean mero vehículo de 
opciones políticas oportunistas. Un tal Sr. Toledo, de una de las 
nuevas organizaciones, dijo en la Comisión de Legislación del Trabajo 
de la Cámara de Diputados que solicitaron el reconocimiento al 
Ministerio de Trabajo “basados en la ley 15137” (pág. 3 del acta de la 
Comisión del 13 de mayo de 2014) que no es otra cosa que una abominable 
norma de la dictadura declarada nula ni bien restaurada la democracia 
en 1985.

Parte sustancial de la libertad sindical es mantener la independencia 
de las organizaciones, y no es buen augurio el discurso confuso hasta 
ahora empleado por quienes se postulan como “autónomos” o “perseguidos 
por pensar distinto”, ya que se corre el riesgo de que uno se vuelva 
desconfiado y termine pensando que, como dice la canción popular, esas 
iniciativas quizá tienden a “gritar tero en una parte/y tener en otra 
el nido”.

lunes, 19 de mayo de 2014

Capon Filas en homenaje a Helios Sarthou

                                  En la foto, el prof. Rodolfo Capón Filas con Hugo Barretto


Recientemente, tuvo lugar en la  Facultad de Derecho por iniciativa de la  profesora Gabriela Fernández, quien fuera socia del Prof. Helios Sarthou, un homenaje al querido y recordado profesor.

El eventó contó con la participación de jueces (Dra. Rita Patrón), docentes (prof. Juan Raso Delgue y Rosina Rossi)  y representatnes de la Asociación Uruguaya de Derecho del Trabajo (Hugo Fernández Brignoni) y otros invitados. Abrió la ceremonia la Sra Decana Prof. Dora Bagdassarian. Se reproduce seguidamente la intervención del Prof. argentino Rodolfo Capón Filas, amigo de Sarthou y prologuista de su obra reunida hace unos años en dos tomos, "Trabajo, Derecho y Sociedad" (FCU,  2004).


Helios Sarthou  y sus grandes temas

 En el día de hoy, 07.05.2014 cumpliría 87 años, pero como está al lado de Dios, vive en un eterno presente, con todos sus logros y su gran impetuosidad. Siguiendo su espíritu, trataré de explicar brevemente sus ideas principales, basándome en su maravilloso Trabajo, Derecho y Sociedad (FCU, Montevideo, 2004, 2 tomos) y en Hacia una Teoría Pura del Derecho del Trabajo (Fundación Electra, Montevideo, 2012

 I.Descripción de don Helios

1. La influencia libertaria y polemista de Juan Sarthou, padre del autor, la claridad docente de María Celia Trombotti, su madre, la presencia cercana de Ethel, su esposa, se vislumbran en la primera  obra, escrita en las playas de Montevideo, en las que no sólo se achirraran al sol los pitucos (Benedetti dixit) sino también caminan los poetas, los pensadores, los que proyectan un mundo mejor para todos. Entre ellos, don (con todo el respeto que los paisanos sureros le dan al término) Helios Sarthou.  Su segunda obra, pequeña como si fuese un resumen de su vida, es un verdadero testamento de este Peregrino de lo Absoluto como lo fuera León Bloy y un auténtico revolucionario de ideas y de conducta.

Por eso, comienzo con una cita de un autor francés, que puede aplicarse sin quitar ni agregar nada, a nuestro amigo  

“Toda verdadera revolución supone que cierto día se ha comenzado a separarse del presente y en cierto sentido a desesperar de él. Transferir los fines especificadores de la propia actividad  a un estado incompatible con el estado presente; llevar adentro de sí este porvenir, que no puede nacer sino de una ruptura esencial, y cuidarse ante todo de él y cuidar del presente con referencia a él; prepararlo por todos los medios adecuados, elaboración doctrinaria, acción sobre los espíritus, obras sociales y culturales, acción política: he aquí el primer rudimento de una actitud revolucionaria, en el más amplio y más legítimo sentido del término”

Maritain, Jacques (1966:199)

Esta calificación ha sido resaltada: “Había en Sarthou ese designio por pensar más allá de lo presente y hacerlo con imaginación y una esperanza actuante, con audacia y una profundidad muy trabajosamente construida que no temía en quedar en minoría o en soledad”.

Barreto Ghione, Hugo (89:2012


II. Ideas de don Helios

2. En las varias conversaciones con Helios, insistimos en dos temas fundamentales, que él se encargó de darles  forma y consistencia: el antropocentrismo y el “mientras tanto” del Derecho del Trabajo.

Al final de su carrera física  añadió un tercero: la Teoría Pura del mencionado Derecho.

En esta breve disertación, trataré de estructurar esos tres elementos

A.Antropocentrismo

3. El lenguaje sirve para transparentar la realidad y también para velarla.

En nuestra disciplina, hablar de “trabajador” o de “hombre-en situación de trabajo” aparentemente expresan lo mismo pero, en realidad, la primera expresión (“trabajador”) mengua la segunda porque oculta al ser humano que realiza la obra. De tánto usarla, corremos el riesgo de considerar el trabajo como un ente-en-sí cosificando a quien lo realiza.

En lenguajes similares, Helios y quien esto escribe tratamos de escapar a ese problema, utilizando dos vocablos similares: antropocentrismo y hominización.

Antropocentrismo del trabajo equivale a ubicar al hombre en el centro del sistema societal. Nada más pero nada menos; es un concepto revolucionario porque tipifica al mercado, a la propiedad, a la tecnología, al mismo Derecho, como servidores del hombre concreto. Conversando con Helios luego de una de sus operaciones, comentando que “nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero”- Mateo (VI, 24)- le observé que la disyuntiva no era “Dios o el Diablo” sino “Dios o el dinero”. Helios se quedó pensando y me responde: “era un revolucionario tu Secretario General, ¿no?”

4. Ubicar al hombre-en-situación de trabajo en el centro societal, es reconocer que el eco-sistema y el socio-sistema encuentran en el ser humano su justificación. Esa búsqueda de hominización constituye nuestra tarea.

La diferencia entre ricos y pobres se evidencia en que los 1.200 hombres más ricos del planeta disponen de 1.135.000 millones de dólares mientras que 582 millones de ciudadanos de los 48 estados más pobres apenas poseen 146.000 millones de dólares

El ingreso económico del 1% más rico de la población mundial equivale al del 57% más pobre mientras el del   10% más rico de la población de los Estados Unidos  es igual al del 43% más pobre de la población mundial. O, lo que es lo mismo, los ingresos económicos de los 25 millones de estadounidenses más ricos equivalen a los de casi 2.000 millones de personas.    La relación entre los ingresos económicos del 5% más rico del mundo y los del 5% más pobre es de 114 a 1.

El Norte, con el 30% de la población mundial tiene el 80% de sus riquezas y rentas. Con el 25% de la población mundial consume el 60% de los alimentos, el 70% de la energía mundial, el 85% de la madera y el 7% de los metales; por cada dólar que los países pobres reciben,han de devolver cuatro; el 50% de las investigaciones científicas mundiales está orientada a temas militares; 10.000.000 de personas en el mundo carecen de agua potable; los países ricos son responsables en un 75% del deterioro ambiental; cada pobre del mundo consume diariamente la mitad de lo que come un perro en los países ricos; cada año en el Tercer Mundo mueren 16.000.000 de niños por enfermedades perfectamente controlables, lo que representa el 25% de los muertos de la Segunda Guerra Mundial, incluidos  Auschwitz e Hiroshima       

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano, Informe sobre el desarrollo humano 2002, Mundi Prensa, Madrid, pág. 19.

5. En esa cruel dialéctica entre ellos y nosotros, ¿qué función juega el derecho del trabajo?:

+ ¿la de adormecer con pequeñas ventajas a quienes tienen empleo y se olvidan de quienes no lo tienen?,

+¿la de des-interesarse de quienes se desempeñan en el sector informal de la economía?

+ ¿la de convertir a los sindicatos en medianas empresas de salud, turismo,  jubilaciones, mientras descuidan los demás intereses de sus representados? 

+ ¿la de transformar a los empleadores en señores de la vida y de la muerte de quienes trabajan en las empresas que ellos dirigen por sí y ante sí?.

+ ¿la de reducir a la Administración del Trabajo a una mera agencia de colocar paños fríos sobre la fiebre social para que no gane la calle en una nueva revolución?

+ ¿la de convertir la Justicia del Trabajo en una herramienta de renunciar derechos laborales mediante odiosas conciliaciones o reducirlos a través de sentencias que difícilmente puedan enfrentar a una multitud con velas o caceloras?

6. Como se trata de unir tres términos (bienestar general, su promoción, derecho del trabajo) se  debe partir de que el hombre es un ser  ecosistémico-social-pasional-racional-prospectivo. 

La clásica definición aristotélico-tomista del hombre como animal racional sirvió durante muchos años para separarnos de la naturaleza, incluso destruirla, y construir la cultura como antitética. Los errores ecológicos y políticos que se esconden detrás de esa definición impiden su uso, al menos sin apuntar sus deficiencias: nadie duda de que la racionalidad humana está  condicionada por el eco-sistema y por el socio-sistema  a tal punto que  si uno de ellos o ambos se debilitan, la razón flaquea y el futuro se obscurece. ¿De que ideación profunda o comprehensiva de la realidad es capaz un niño deficientemente alimentado o un niño rico agredido por la corrupción que lo rodea en su familia, círculo de relaciones, institutos de enseñanza?  Es fácil pre-decir que el futuro de ambos será sombrío.

Como se aprecia, el antropocentrismo y la hominización importan en esta tarea.

B.El “mientras tanto”

7. Para Helios estaba claro que el ordenamiento laboral, aún el más progresista, era un mero “estar ahí”- Kusch,Rodolfo (2008:95)- que, sin embargo, nos exigía “filosofar, programar el amanecer al cabo de la noche, plantearse la liberación que ocurrirá seguramente al día siguiente”  Kusch,Rodolfo (2008:107)

“El problema de la filosofía es el problema de la liberación. No es el búho que levanta vuelo al anochecer porque ha visto todo lo que ocurre durante el día sino que esconde también la sorpresa de la noche y la espera del amanecer. Filosofar es programar el amanecer al cabo de la noche. Es plantearse  la liberación que ocurrirá seguramente al día siguiente”.

En esa vigilia del “día siguiente” vivió Helios: era un expectante, un esperanzado luchador de la Vida que, a su vez, trasmitía la U-Topía de que, después de este “entre tanto”, la clase trabajadora  se liberará de la sub-ordinación y construirá la auto-gestión.

“La esencia del contrato de trabajo, vale decir un hombre o mujer que entrega su energía a un ser igual para que la dirija y lucre con esa energía, tiene que ser un régimen transitorio porque no se ajusta a la naturaleza las cosas. Algún día el ser humano seguirá siendo propietario de su energía, sin enajenarla a otro, haciéndose dueño de sus resultados que hoy se le expropian. Por ello, hablamos de la temporalidad o del “mientras tanto” del Derecho del Trabajo”

Sarthou, Helios (2012: 7)

Lo curioso y destacable ante las nuevas generaciones, es que este gran U-tópico estaba enraizado en el suelo y desde la realidad misma, con sus luces y sombras, buscaba la Liberación. No era un soñador de un mañana que vendrá por arte de magia: era un constructor de ese Mañana.  Si nosotros podemos adelantar la Parusía  del Señor con nuestro compromiso, Helios la adelantaba con su vida porque desde el “entre  tanto” construía el futuro. Como dijera nuestro amigo y maestro don Héctor-Hugo Barbagaleta al despedir sus restos en el Cementerio del Buceo:

“Malos tiempos para  el laboralismo del Uruguay y para el latinoamericano, porque  también se nos ha ido este luchador por la justicia social. Informado, ameno  y original profesor, competente abogado de los trabajadores; fermental  productor de tesis jurídicas en su obra publicada, y  muchas cosas más que adornaban su personalidad.  En suma, un intelectual seriamente comprometido  del  que nadie podía  escuchar sus lecciones  con indiferencia. Malísimos tiempos  para los diversos grupos de amigos que veían en él  un corazón puro y  el intransigente rigor en las exigencias del absoluto respeto de sus principios vitales. Cumplimiento sin fallas que  reclamaba también   a quienes  deseaban ser sus amigos, lo que  inevitablemente  provocaba desencuentros. He dicho luchador por la justicia social, pero para que esa expresión pueda  corresponder a sus ideales, no debe entenderse  en su acepción  corriente, porque Sarthou  concebía la justicia social como una realización mucho más profunda, que implicaba  una transformación  sustancial de las estructuras económicas y sociales, sin abdicar del  respeto a la personalidad,  la libertad y el goce de todos los derechos fundamentales de los individuos”.

(en You Tube y  en Revista Científica Equipo Federal del Trabajo n° 87)

C. La Teoría Pura del Derecho del Trabajo

8. En apenas 32 carillas Helios se separa de la discusión académica o política sobre la existencia de un Derecho del Trabajo “progresista” o “conservador” para dejar planteado que existe un único Derecho del Trabajo, el que parte del conflicto económico-social y mediante los Derechos Humanos busca solucionarlo con justicia social. Así de simple. Así de contundente.

Kelsen dividió las aguas, como Moisés Exodo (XIV: 24)

En un margen quedan los juristas que aplican el Derecho, en el otro los sociólogos, políticos, ilusos, que lo utilizan para sus fines. 

Helios hizo lo mismo.

En un margen quedan lo que saben y aplican el único Derecho del Trabajo que existe (conflictivo, “herético”, buscador de justicia social), en el otro quienes lo usan para fines económicos, políticos, transnacionales, etc. Así de simple. Así de contundente.

9. Para consolidar la Pureza del Derecho del Trabajo son necesarios  elementos temáticos y caracteres operativos.

a.Elementos temáticos

10. Son los  siguientes:

a.1.Firmeza en la concepción

11. Helios sabe por experiencia que muchos  de los  que hablan y aparentan ser progresistas, no practican lo que dicen. “Nos pasamos en la chichería diciendo lo que habría que hacer, pero terminamos por rendirnos a las verdades colonizantes”- Kusch, Rodolfo (2008:98). Por eso, la Teoría Pura exige “el respeto firme de las consecuencias jurídico técnicas de los caracteres implantados”- Sarthou, Helios (2012:10)  A  partir de esta tesis, científicamente ya no podemos hablar de derecho del trabajo progresista, reaccionario o conservador, ya que hay uno solo, el de la Teoría Pura: los restantes ordenamientos, si existiesen, no son derecho del trabajo sino del capital. Así de simple. Ante esta Teoría Pura, las restantes son “pura teoría”, juego de palabras que enfatiza la firmeza mencionada por Helios.

Afirma nuestro común maestro “cualquiera sea la amplitud e intensidad de las modificaciones, es lógico suponer que, como siguen en pie las razones que provocaron el surgimiento del Nuevo Derecho, continúa siendo indispensable garantizar protección adecuada y eficaz al trabajo y al trabajador (con lo cual) la supervivencia del Derecho del Trabajo está asegurada”  Barbagelata, Héctor-Hugo (2002: 129).

a.2.Defensa de las fuentes

12. En varias oportunidades coincidimos con Helios en que las diversas fuentes del Derecho del Trabajo funcionan como niveles protectores. 

Mínimo. Expresado en las normas estatales (leyes, decretos reglamentarios, resoluciones de la Administración del Trabajo), establece los fundamentos exigidos por los Derechos Humanos y los valores de justicia social, solidaridad y co-operación.

Medio.Normado en los convenios colectivos de trabajo, apuntala las escalas legales y avanza sobre ellas, buscando la mejor calidad de vida posible en los ambientes de trabajo y en la sociedad civil. Por ello, tanto los sujetos personales como los colectivos carecen de legitimación para in-volucionar o retro-traer niveles de protección.

Los convenios colectivos de trabajo funcionan como instrumentos de cambio social en la medida que sean rectamente practicados. Al contrario, la tesis flexibilizadora, des-estructurándolos, intenta que sirvan a los intereses de los empleadores, sobre todo de las empresas trans-nacionales

Superior.Negociado por el empleador y los trabajadores (en los acuerdos de empresa) o por el empleador y el trabajador individual (en el negocio jurídico laboral, mal llamado "contrato de trabajo") consolida una adecuada cobertura avanzando sobre el nivel legal y el convencional colectivo. El negocio jurídico laboral es válido siempre que no sea discriminatorio.

13. Helios enfatiza la defensa de estas fuentes, especialmente la de los convenios colectivos, advirtiéndonos de los ataques que suelen recibir por parte de las empresas, de las autoridades gubernamentales y de algunos jueces  y reafirma la vigencia operativa de las Carta Internacional de los Derechos Humanos - Sarthou, Helios (2012: 20)-        

La Teoría Pura, como anti-virus, limpia el sistema de los diversos ataques que funcionan como virus culturales para menguarlo e incluso des-activarlo: de ahí la importancia y la vigencia de este pensamiento innovador. 

a.3.Reafirmar los principios

14. A este tema nuestro autor dedica el 25% de su obra (8 carillas sobre 32), lo que demuestra  la importancia que le reconoce.

Aceptando la clásica postura de Américo Plá Rodríguez, que formó parte de nuestra formación y de la de sucesivas generaciones, Helios la aplica en tres etapas fundacionales de la Teoría Pura:

+ sancionar normas hominizadoras

+ interpretar las existentes

+ integrarlas en el socio-sistema

Sarthou, Helios (2012: 26)-

La Declaración de la OIT relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo (1998) reafirma esta postura que ya obra en algunas sentencias.

15. Uno de los temas recurrentes en Helios es la ineficacia del despido incausado- Sarthou, Helios (2012: 13; 17; 30)-  tema que desde sus mismos orígenes la Teoría Sistémica del Derecho Social enfatiza  afirmando que siendo  el término “estabilidad” uní-voco, hablar de “estabilidad propia y estabilidad im-propia” es un contrasentido lógico y un ataque ético al proyecto de vida de los trabajadores. Tomando ese tema como básico, adhiero totalmente a la propuesta de Helios de la “higienización ética” de nuestra disciplina - Sarthou, Helios (2012: 13)-

a.4.Consolidar un sindicalismo operativo

16. La OIT no surgió del Tratado de Paz de Versailles, parte XIII, como enseña la Academia, “que cree tener cinco dedos pero apenas tiene uno”Kusch, Rodolfo (2008:31)  sino de las reuniones inter-sindicales y religiosas que durante la Primera Guerra Mundial entendieron que “sin justicia social no habrá paz” y delinearon un organismo mundial tripartito que consolidara la primera para garantizar la segunda. El Tratado simplemente receptó lo que se había resuelto en la realidad,

Esa presencia sindical suele ser olvidada tanto doctrinaria como judicialmente: por eso, Helios destaca el papel fundacional y protector del sindicalismo “independiente del poder político y económico y defensor de la clase trabajadora frente a una clase patronal”-  Sarthou, Helios (2012: 10)-    

b. Caracteres operativos

17.Son los siguientes:

b.1.Autonomía absoluta

18. Este carácter impide que se introduzcan en nuestra disciplina principios o normas provenientes de otras esferas del ordenamiento, que sean contrarias o contradictorias a las del Derecho del Trabajo.

A quienes intentan sabotear el Derecho del Trabajo incorporando o leyéndolo mediante normas dis-valiosas del derecho civil o comercial como “análogas”, hay que recordarles que el analogado principal es el trabajo, con lo cual la analogía debe realizarse con el derecho del trabajo comparado o con los convenios y recomendaciones de la OIT 

b.2.Reafirmar el antropocentrismo

19. Si bien este tema ya ha sido tratado en el párrafo 3, cabe re-afirmarlo porque interesa al sistema democrático. La dialéctica entre la punición de la vagancia irresponsable y el derecho al trabajo con la carga en la sociedad de proporcionarlo, ha sido agudamente analizada por uno de los máximos exponentes de la doctrina brasilera  De Moraes Filho, Evaristo (1984:96)

Esta búsqueda hominizadora integra el paradigma del Trabajo Decente lanzado por la OIT en 1998, como denominador común de la globalización porque se trata de un objetivo verdaderamente mundial,  que comparten todas las sociedades y se aplica en función de las posibilidades y oportunidades de cada país.

Se sustenta en cuatro pilares fundamentales:

+ el empleo y la creación de empresas

+ los derechos en el trabajo

+ la protección social básica

+ un sistema de diálogo efectivo entre los gobiernos y las organizaciones de empleadores y de trabajadores que fundamente también las bases de una globalización justa e integradora.

b.3.Reafirmar la irrenunciabilidad

20. El edificio normativo laboral cedería si los trabajadores pudiesen renunciar a sus derechos o necesitasen hacerlo para percibir aunque sea una ínfima parte de lo que les pertenece.

Esta verdad de Pero Grullo ha sido saboteada por todas las tendencias flexibilizadoras que, transmitidas desde algunos centros universitarios europeos como “verdades reveladas”, se han desparramado en nuestro continente, haciendo realidad el dicho español “Vinieron los sarracenos y nos molieron a palos. Siempre Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos”

Quienes nos opusimos a ellas, basándonos en la dignidad de los trabajadores, fuimos mal tratados por la Academia, pero, como la realidad es más fuerte que la ideología, ya nadie científicamente discute la irrenunciabilidad como fuerza de los trabajadores para equilibrar esta sociedad de des-iguales que se nos ha impuesto como carga ya que nunca el sistema capitalista como tal ha sido objeto de votación democrática alguna.

Las cuatro carillas que al tema dedica Helios, sin duda integrarán la Antología del Derecho del Trabajo en América Latina, desafío que se ha propuesto realizar el Equipo Federal del Trabajo. La sencillez y contundencia con que han sido escritas exime de mayores comentarios. Temas como la novación, la transacción, la teoría de los actos propios, la prescripción, han sido estudiadas con precisión de cirujano, ante la cual cualquier comentario sobra. 

4.Consolidar la protección

21. Con buen criterio, Helios  propone un andamiaje normativo preciso para sostener el principio protector que, si bien ya existe en otras disciplinas, sobre todo en derecho penal y en derecho civil, en la nuestra adquiere mayor relieve, precisamente por esa sociedad de desiguales a la que hiciera referencia el párrafo 20. Este andamiaje evitaría diluir “la incertidumbre judicial por la diferencia de criterios”  Sarthou, Helios (2012:18)

III. Conclusión

22.Para escapar del “estado de libertad vigilada en que vive el Derecho del Trabajo” - Sarthou, Helios (2012:31) nuestro autor propone la Teoría Pura del Derecho del Trabajo, tesis enraizada en la realidad pero abierta al hombre que trabaja. “Si bonum, breve, melior” dice el célebre axioma romano. Esta obra corta, como lo fuera La lucha por el Derecho de Rodolfo von Ihering, es excelente y honra a la Escuela Uruguaya. 

El mejor homenaje que podemos brindarle a Helios, será aceptar la Teoría Pura del Derecho del Trabajo,  practicarla y difundirla por toda América Latina y el Caribe, como mensaje y praxis de Liberación.

“Un día como el de hoy, mi maestro William Faulkner dijo en este lugar: ‘Me niego a admitir el fin del hombre´. No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.

garcía márquez,  gabriel(1982:1)

Bibliografía

Agamben, Giorgio, La comunidad que viene, Pre-Textos, Bs.As, 2006

Barbagelata, Héctor-Hugo,  Derecho del Trabajo, Tomo I, Vol.1, FCE, Montevideo, 2002

Barreto Ghione, Hugo, Autonomía y anticipación en el pensamiento de Helios Sarthou, en Revista Científica Equipo Federal del Trabajo (www.eft.org.ar) n° 89, del 04.10.2012

Bauman, Zygmunt, Socialismo, La utopía activa, Nueva Visión, Bs.As., 2012

Calamandrei, Piero. Fe en el Derecho, edición de Silvia Calamandrei, Marcial Pons, Madrid, 2009

De Moraes Filho, Evaristo, O Direito e a Orden Democrática, LTR, San Pablo, 1984

García Márquez,  Gabriel, La soledad de América Latina, Discurso de aceptación del Premio Nobel 1982

Levinas, Emmamuel,  De Dios que viene a la idea, Caparrós, Madrid, 2002

Kusch, Rodolfo, Indios, porteños y dioses, Biblos, Bs.As., 1994

Kusch, Rodolfo, La negación en el pensamiento popular, Las Cuarenta, Bs.As., 2008

Maritain, Jacques,   Humanismo integral, Lohlé, Bs.As., 1966

Plá Rodríguez, Américo, Los principios del derecho del trabajo, Depalma, Bs.As. 1978

Sarthou, Helios, Trabajo, Derecho y Sociedad,  2 tomos, FCU, Montevideo, 2004

Sarthou, Helios, Hacia una Teoría Pura del Derecho del Trabajo, Fund.Electra, Montevideo, 2012

TEILHARD DE CHARDIN, PIERRE, El porvenir del hombre, Taurus, Madrid, 1962

 

lunes, 5 de mayo de 2014

La vida y la biblioteca de Osvaldo

Hugo Barretto  Ghione
(artículo publicado en 2011 en la revista sindical  Trabajo y Utopia)


Recientemente el Consejo de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República tributó un reconocimiento al Dr. Osvaldo Mantero de San Vicente por su retiro de la labor docente y por la donación de su biblioteca a la Facultad, que incluye volúmenes que pertenecieron a  su hijo Ricardo.

La ocasión, pese a su sencillez, tuvo un contenido muy profundo para quienes hemos estado cercanos a Mantero ya sea en su actividad docente o sindical.


El Mantero que no conocimos

Mi generación no conoce al Mantero de los años sesenta. En mi caso, solo tengo la referencia de Mitil Ferreira, histórico dirigente del Congreso Obrero Textil. Mitil,  acompañando una ocupación de SADIL e HITESA, en agosto de  1969, fue herido gravemente por la policía,  que había ingresado al local fabril de manera violenta. Un disparo dirigido al grupo de obreros que se desplaza por el patio de la empresa explota en su rostro. Se trata de un proyectil de gas cuyas secuelas físicas llegan hasta hoy mismo. Los trabajadores, entre los que estaba Antonio Sangrando, otro entrañable dirigente textil, solo reclamaban el pago doble por trabajar lunes y martes de carnaval, tal como tradicionalmente había aplicado el grupo empresarial. No parece que fuera desestabilizador para la democracia ni merecedor de una represión de esa magnitud. Osvaldo, asesor del COT en ese tiempo,  inició  un inédito reclamo de responsabilidad al Estado que tuvo su fin en 1984.

“Todo lo que se diga sobre Mantero y su compromiso con los trabajadores es poco” recuerda hoy Mitil con emoción y reconocimiento.

Tampoco conocemos del todo  la labor y la impronta que Mantero dejó en el exilio venezolano, de la cual nos acercan referencias colegas laboralistas como Francisco Iturraspe.

Nos dice Iturraspe que Osvaldo fue investigador en la UCAB (Universidad Católica Andrés Bello) y profesor de postgrado de la Universidad Central de Venezuela y Universidad de Carabobo. Rememora también que  fue el principal doctrinario de la idea de Cogestión adoptada por la Confederación de Trabajadores de Venezuela en su Congreso de 1980,  publicando multitud de textos sobre el tema y generando una verdadera corriente de opinión en la materia. Ha sido también autor del mas importante libro sobre la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo de Venezuela,  texto que a pesar de haberse modificado la ley original, sigue siendo una referencia obligada en la materia. Humberto Villasmil lo recuerda y lo reconoce como un maestro en su paso por Venezuela.

Osvaldo tuvo asimismo una importantísima labor de formación de docentes e investigadores en el área laboral - en especial en materia de Derecho Colectivo -  dejando una huella imborrable en la gran mayoría de los actuales profesores de la disciplina en las principales universidades.


La docencia en todas partes

Podemos en cambio hablar con cierta propiedad sobre el Mantero que devolvió el exilio, profesor de grado y posgrado, sagaz e innovador, siempre removedor, con una radicalidad que a veces extremaba y que uno terminaba por sospechar que era (¿solo?) para incomodar nuestras certezas mal habidas, nuestras perezas de lugares comunes (termino de escribir esto y noto la cercanía hasta fonética entre “certeza” y “pereza” ¡que lejos Osvaldo en cualquier caso!). Podemos hablar de su generosidad y hasta de su cierta altanería intelectual, que nos hacía más propensos a discutirle. Seguramente no era otra cosa que un (ingenuo y nunca ofensivo) recurso más del profesor.

Cuando sobre fines de los años ochenta me integré a la Sala de Abogados de la central sindical uruguaya PIT CNT,   Osvaldo era parte de un núcleo de talentos muy difícil de reunir, que incluía naturalmente a Ricardo (su hijo)  y a Bismark Font, insustituibles compañeros, y a Raúl Varela, otro inmenso asesor sindical con quien Osvaldo mantenía una relación afectuosa y ríspida en el debate, extremos difícil de armonizar si no se tratara de Osvaldo.

Los viernes, después de la reunión del Instituto de Derecho del Trabajo de la Facultad de Derecho, teníamos quienes compartíamos ambos mundos,  la oportunidad de un “segundo tiempo” con Mantero en la Sala de Abogados del PIT CNT. Mantero trasmutaba así de profesor a militante, con pocas cuadras de distancia, y con igual y distinto compromiso. La Sala de Abogados fue un ámbito privilegiado de discusión y elaboración y formación para los más jóvenes, tan plural y diversa como el propio PIT CNT que la prohijaba. Si lo considerara de alguna importancia para el lector,  todavía podría evocar con cierto detalle aquella mañana que, casi recién recibido de abogado,  me presenté a Raúl Varela  y le pedí para concurrir a la Sala amparado mas en el entusiasmo que en mi capacidad de aportar.

Recuerdo en particular algún informe de Ricardo Manterio en la Sala  que preanunciaba su trabajo magnífico sobre los “límites de la huelga” con que culminó su carrera docente; recuerdo los informes de Raúl que presagiaban las dificultades de la OIT para continuar con el impulso normativo, y recuerdo también los debates (felizmente) interminables que colmaban la paciencia de algunos dirigentes sindicales,  sobre la importancia de una Carta Social del Mercosur, nunca finalmente materializada.

Mirado a la distancia, creo que Osvaldo en la Sala prolongaba su labor docente,  que aparentaba como limitada al aula universitaria; no había sin embargo tal compartimentación en su vocación intelectual: todo era parte de la misma propedéutica.

Tardé en reconocer que toda su vida era un ir y venir - respetuoso pese a cierta aspereza en la discusión - sobre el pensamiento del Otro.  Ese ir y venir le producía, sospecho, una íntima e inconfesable satisfacción y afinidad espiritual, pese a que en medio del calor del debate, podía parecer desatinada cualquier cercanía.

Sin nostalgia, Mantero es parte de lo mejor de la  historia nunca escrita de lo que fue la Sala de Abogados del PIT CNT.


Los libros que miran y esperan

Pero como si todo ello no fuera ya un inmenso patrimonio para nosotros, ahora agrega y regala el mundo más personal e intransferible que pueda tener un intelectual: sus libros. Este desprendimiento no hace otra cosa que confirmar la proximidad y la complicidad de Osvaldo con la inteligencia por encima (muy lejos, muy por encima y definitivamente) de todo maniqueísmo ni complacencia.

Sus libros irán a la llamada “Biblioteca Laboral” donada por el  Prof. Plá Rodríguez,  ubicada en un subsuelo  de la Facultad de Derecho donde todos los miércoles se desarrollaban a su fallecimiento las reuniones del “Grupo de los Miércoles”, del que Mantero también era parte.


Muchas veces, en medio de esas reuniones que se desarrollaban en la biblioteca, confieso que me distrajo la atención los volúmenes de Plá,  y no me ha costó mucho imaginar al querido profesor inclinado sobre ellos, consultándolos, haciendo anotaciones para construir esa obra ejemplar y edificadora del derecho del trabajo en nuestro país. Ahora estarán también los de Osvaldo, y el día menos pensado, faltando traviesamente otra vez  a  la atención y consideración del colega que esté exponiendo, imaginaré a Mantero leyendo y discutiendo con los autores de los libros, confrontando  creativamente con su dialéctica manera de pensar y formulando las preguntas fundamentales, esas que ya casi nadie acostumbra hacer. 

La pasión de leer, los hongos alucinógenos de los libros viejos y los lectores protagonistas en M. Levrero y F. Ozon

Mario Levrero (1940 – 2004) ha ido ganando reconocimiento en los últimos años, paradojalmente, y como suele ocurrir, luego de su muerte. Una recopilación reciente de sus textos denominados “Irrupciones” (Criatura Editora, 2013, publicados originalmente en el semanario Posdata) da cuenta de la labor de Levrero como “librero, guionista de cómics, humorista, creador de juegos de ingenio y crucigramas, además de ser autor de una amplia obra literaria que abarca el cuento, la novela y comprende incluso un Manual de Parapsicología”.

De su conocida adicción por las novelas policiales leídas en libros viejos proviene el  fragmento  que reproducimos.

Dice el autor que “tengo unas novelas policiales que leo y releo y releo y vuelvo a releer. Hasta hace poco tiempo siempre me olvidaba de quien era el asesino, y podía releer tranquilo sintiendo la misma emoción de la primera vez. Ahora, con tantas repeticiones, ya no se me borran tan fácilmente; y en esa última relectura, la actual, no solo me acuerdo de quién es el asesino sino también de la mayor parte de los detalles (…) con todo, creo que no sería capaz de releerlos tantas veces si no fuera por el olor del libro viejo. Que no es el mismo olor del papel viejo; es el papel, mas la goma, mas la tinta. Mas otro pequeño elemento cuya existencia desconocía hasta hace muy poco”.

Relata más adelante:

“Hongos alucinógenos. Eso es lo que, según leí recientemente, se genera en los libros viejos. Pequeños hongos alucinógenos. Microscópicos, desde luego, igual que los ácaros que con ellos conviven entre esas páginas amarillentas. Al parecer, uno respira cerca de los libros y “viaja”. Como efectos secundarios se producirían trastornos respiratorios y, probablemente, cerebrales.
Esta teoría de los hongos alucinógenos me convence. Mi sueño recurrente se explica de una manera perfecta. También explica por qué tantas veces me he quedado leyendo una novela hasta el final. No soy un adicto a las letras, como buenamente se creía, sino más bien a una especie de LSD”

Luego remata:

(…) De modo que Ray Bradbury tenía razón, y en un futuro ahora mucho más cercano es posible que verdaderamente los bomberos se ocupen de quemar libros, en lugar de apagar incendios. Sería la contribución de los bomberos a la lucha contra la droga. Hermanos adictos, vayamos preparando escondites ingeniosos para nuestras bibliotecas”.

Es que contra toda tópica que entroniza al escritor, los “hongos alucinógenos” nos dan una explicación (ficcional) sobre la adicción a la lectura, y en el fondo, nos revela la importancia del lector como copartícipe del “hecho libresco”.

En una entrevista reciente se pregunta al ensayista argentino  Alberto Manguel, autor de “Una historia de la lectura”: Ha escrito que el actor más importante en el hecho libresco –el lector– no tiene su historia. ¿Eso ha cambiado, el lector manda, es protagonista? Como pregunta Denis Diderot y que usted cita en el epígrafe de su libro: ¿el lector es el amo?

Y responde Manguel: “Eso no ha cambiado. Desde el momento en que se inventó la escritura, el lector es el protagonista principal. La escritura no pudo inventarse sin inventar la lectura primero, ya que no puede establecerse un código de escritura sin antes establecer cómo será descifrado. Y el lector sigue decidiendo qué es un texto: el autor no puede hacer más que resignarse. Aunque imagino que muchos autores quisieran poder susurrar al oído de sus lectores: “¡Qué bueno! ¡Esto es un clásico!”.
El lector es, en definitiva, el dueño del relato. En el filme “En la Casa” de Ozon, el profesor de literatura “acompaña” y “crea” los personajes y situaciones con el joven estudiante que se inmiscuye en la vida de una familia burguesa con el pretexto de ayudar a estudiar matemáticas a un compañero de clase y genera un relato en entregas que entrega al profesor (el lector) quien se  sumerge en un compromiso que lo lleva a cometer un grave ilícito a condición de no perder la oportunidad de continuar con la trama del cuento..
La creación del relato por el joven, tan vívido y tan travestido de su propia peripecia, contrasta con el arte aburrido y vacío que exhibe en su galería la esposa del profesor de literatura.
No les cuento más para que no dejen de ver el filme.