sábado, 1 de julio de 2017

Relatos en la lápida de la tumba de Borges en Ginebra


Visitar el cementerio de  Plainpalais en Ginebra y perderse entre sus senderos a la búsqueda de la tumba del escritor argentino Jorge Luis Borges parece ser la mejor forma de acercarse a su misterio, en lugar de hacer el trámite más previsible de preguntar por su ubicación precisa.

Al fin, damos con la lápida, pequeña, casi disimulada, al pie de un enorme ciprés. En su parte superior se lee “Jorge Luis Borges” y debajo una inscripción “And ne forhtedon na” junto a un grabado circular que permite ver siete figuras humanas con sus armas levantadas.

Según nuestra información, el grabado al parecer es copia de otra lápida del siglo IX del monasterio de Lindisfame, en el norte de Inglaterra, que evoca el ataque vikingo acaecido en el año 793, mostrando un grupo de guerreros que han perdido a su señor y marchan “para hacerse matar, porque el honor les obliga a acompañarlo”, dice el propio Borges en uno de sus relatos.

Por su parte, la arcana  inscripción proviene del inglés antiguo y se traduce como “Y que no temieran” y está contenida en un relato suyo, “La balada de Maldon” que refiere a su vez a un poema épico del siglo X, que describe una batalla ocurrida en el año 991 en Essex, Inglaterra, y que en un pasaje expresa: "Entonces comenzó Byrhtnoth a arengar a los hombres /Cabalgando les aconsejó, enseñó a sus guerreros / Cómo debían pararse y defender sus lugares / Les ordenó que sostuvieran bien sus escudos / Con sus puños firmes y que no temieran. / Entonces cuando sus huestes estuvieron bien ordenadas / Byrhtnoth descansó entre sus hombres donde más le gustaba estar / Entre aquellos guerreros que él sabía más fieles".

Importa rodear la tumba y advertir otros hallazgos en la cara posterior, donde está estampada la frase "Hann tekr sverthit Gram okk / legger i methal theira bert".
Hay en esto una interesante leyenda. La inscripción responde unos versos de una saga islandesa del siglo XIII: "Él tomó su espada, Gram, y colocó el metal desnudo entre los dos".

Debajo puede verse un segundo grabado, esta vez de una nave vikinga, y otra inscripción, igualmente engimática: "De Ulrica a Javier Otálora".

Los materiales consultados para esta información nos dicen que se trata de una referencia al héroe Sigurd, que para no tocar a la pretendida del hermano de su esposa, Brynhild, si bien comparte una noche con ella, coloca una espada entre ambos. Tiempo después Brynhild, poseída por los celos, hace matar a Sigurd, y cuando alcanza a entender que no puede convivir con ese peso, se apuñala y solicita yacer en el mismo lugar que Sigurd, y que se coloque entre ambos la espada desenvainada, en paralelo a aquella noche en la que compartieron el lecho. Gram, era el nombre de una espada.

Finalmente, estos versos los utilizó Borges en su relato Ulrica, cuyo protagonista lleva el nombre de Javier Otálora.

En este caso, las investigaciones consultadas dicen que el año en que se escribió el relato, Borges ya tenía relaciones afectivas con María Kodama, lo que lleva a interpretar a algunos que la inscripción en clave puede leerse como "De María Kodama a Jorge Luis Borges".

Luego de la obligada sesión de fotos, nos retiramos mientras unos niños juegan en la media sombra de los cipreses (una situación un tanto irreal, pero cierta), y Borges se queda una vez más con el secreto del juego de realidad y ficción que urdió en toda su obra.





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