(apuntes
de nuestra intervención en el evento de homenaje a los 100 años del nacimiento
del profesor Plá Rodriguez “Trabajo, Política y Cristianismo” realizado en la sala Camacuá de la Asociación de Empleados Bancarios del
Uruguay)
1. En este acercamiento a
las distintas dimensiones de la personalidad del Profesor Plá Rodríguez me corresponde
hablar de su faceta laboral; no como el gran trabajador que fue, sino de su
significación como profesor de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de
alcance iberoamericano y mundial, en tanto fue presidente de la Sociedad
Internacional de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social.
En una aproximación
primaria, puede parecer que las facetas que se resaltan en este homenaje: a) su vida académica, b) su actividad
política, y c) su espiritualidad, estuvieron muy compartimentadas, sin conexión
entre ellas, como si Plá Rodríguez hubiera trazado una frontera intransitable
para mantenerlas aisladas y hubieran seguido un trayecto paralelo, sin
vincularse.
Cada espacio - el académico
(saber), el político (actuar), el espiritual o axiológico (fé) - habrían conocido un Plá distinto. Como si el parlamentario
y fundador del Frente Amplio no hubiera conocido al autor de obras jurídicas de
peso ni al hombre de fe cristiana.
2. Voy a ensayar una explicación diversa, un
poco contra la corriente de esa visión compartimentada, ubicado desde el lado
de sus aportes al Derecho del Trabajo.
O sea, trataré de dar una
respuesta a una pregunta difícil: qué
marcas dejó Plá Rodríguez de sus concepciones políticas y espirituales en su
enseñanza del Derecho del Trabajo.
3. Comenzando a desmontar ese
prejuicio, quiero decir que es su
concepción pluralista en lo político
y personalista comunitaria en lo
filosófico (con base en sus lecturas de Maritain) fundamentan desde mi punto de
vista muy acabadamente la creación del “Grupo de los Miércoles”.
¿Qué era el grupo de los
miércoles?
Se trató de una iniciativa
de Plá como respuesta a la intervención de la Universidad por la dictadura
militar, que había desplazado a un conjunto de profesores que se vieron
privados de ejercer la docencia y la investigación.
Plá Rodríguez nucleó un
conjunto de esos profesores de derecho del trabajo para dar curso a una
experiencia inédita de estudio, diálogo y reflexión sobre temas jurídico –
laborales desde 1975 hasta 2008 (la experiencia se prolongó hasta poco después
del fallecimiento de Oscar Ermida Uriarte, quien había coordinado el grupo desde
la desaparición de su impulsor).
¿Cuáles
fueron las características que Plá Rodríguez imprimió al grupo de los miércoles
que delatan su cosmovisión de fondo en lo político y espiritual?
Desde el punto de vista
político, la libertad y el pluralismo
constituyen dos de sus perfiles fundamentales que se reflejaron claramente en la composición
del grupo de los miércoles integrado por abogados de patronos y de
trabajadores; por quienes tenían una concepción
materialista o liberal; por quienes eran abogados prácticos y quienes ponían el
centro de su actividad en lo académico; por quienes
tenían trayectoria en cualquiera de esos campos y quienes recién iniciaban su
carrera, etc.
Sobre todos ellos Plá
ejercía su magisterio en la búsqueda de “la parte de verdad de las doctrinas
contrarias” y construyendo asi el conocimiento de la disciplina del Derecho del
Trabajo y trasparentando su concepción de materializar la unidad en la diversidad, otra de sus ideas/fuerza.
Esa concepción pluralista
había inspirado también su accionar cuando participó en la creación del Frente
Amplio, una inédita conjunción de corrientes políticas como la Democracia
Cristina y el Partido Comunista que no pudo repetirse fuera del Uruguay en épocas de guerra fría .
3. Pero Plá Rodríguez y su
familia nos recibía los miércoles en su casa de la calla Isabelino Bosch.
Acá hay otra marca de su
pensamiento profundo.
Durante al menos dos horas
30 ó 40 laboralistas rompíamos la cotidianeidad del hogar del los Plá Regules
todos los miércoles. Nos recibía en su Casa, alterando gustosamente su rutina
familiar.
- Las reuniones seguían cierta
ritualidad litúrgica:
- Tenían un orden
predeterminado del que no se desviaban;
- Se desarrollaban con
puntillosa puntualidad;
- Eran presididas por Plá
junto a Raúl Varela, detrás de una pequeña mesa, que no simbolizaba jerarquía
alguna;
- Los asistentes guardábamos
casi la misma ubicación semana a semana.
4. Esa repetición generó una
tradición, un modo de ser del
universo de los laboralistas.
Desde el lado de la práctica
profesional, permitió el conocimiento y el compañerismo entre colegas, que
luego podían enfrascarse en complejas y a veces ríspidas controversias a nivel
de los estrados judiciales.
Desde el lado de los
estudios laborales, abrió el panorama a enfoques y novedades del derecho
comparado por la circulación de libros, materiales, informaciones que Plá
prodigaba con absoluta generosidad, conjugado con las visitas que recibíamos de
cada profesor extranjero que recalaba en Uruguay y que todavía hoy recuerdan
cada vez que tenemos oportunidad de reencontrarles.
5. Pero toda tradición necesita de un libro, y acá aparece una marca
fundamental.
Plá escribió muchos libros,
es obvio.
Fundó la revista Derecho
Laboral en 1948, con Francisco de Ferrari y Héctor – Hugo Barbagelata, que hoy
tenemos la responsabilidad de dar continuidad junto a un grupo de colegas muy
comprometidos y talentosos.
Pero el libro emblemático de
Plá Rodríguez es “Los Principios del Derecho del Trabajo”, cuya primera edición
es de 1975 y la última, de Fundación de Cultura Universitaria, de 2015, de la
cual hemos tenido el honor de prologar.
¿Cuáles son las claves de la
perdurable influencia del libro en la comprensión, la enseñanza y la aplicación
del Derecho del Trabajo?
Siguiendo la modalidad de
Plá, que quería explicar los fenómenos con base en tres razones, voy a dar las
que a mi juicio son cardinales:
a) La obra identifica – no “inventa” sino que “descubre”
los principios, y presta una estructura potente al derecho del trabajo, que
presenta una infinidad de normas de distinta procedencia (Constitución, ley,
convenios internacionales, convenios colectivos, resoluciones de consejos de
salarios, decretos, resoluciones, etc), a veces contradictorios, fundamentalmente en un ordenamiento jurídico
como el nuestro que no cuenta con un código laboral que sistematice toda la
normativa existente. Erige a la protección preferente del trabajador como
esencia del derecho del trabajo, punto de partida de toda lectura del derecho
laboral, una especie de Aleph que proporciona una comprensión inmediata del “para
qué” de esta disciplina jurídica;
b) Está escrito como deben estar escritos los
libros fundacionales, o sea, de manera llana, con un estilo y una preocupación didáctica
muy evidente y lograda. El libro suma una explicitación de cómo ha sido construido,
de su método, de cómo llega a concebir la existencia de los principios, como se manifiestan, cuales son las
principales consecuencias prácticas, cómo evolucionan, etc;
c) Finalmente, “Los Principios…” es el tipo de
libros que producen un lector ideal, un libro que modifica radicalmente el modo
en que se lee: ya no será posible desprenderse de ese sentido original del
derecho después de su lectura. Pasa a integrar el modo de ser de una cultura
jurídica.
No hay que soslayar la frase
final de “Los Principios…” en que se cuela de manera imperceptible la
integralidad de la concepción de Plá, en un giro que – permítaseme el abuso del lenguaje - es casi evangélico: “pretende ser un libro
incitativo, cuyo mérito principal sea su fecundidad. Aspira a ser semilla, no
fruto”.
6. Como inicialmente anoté,
no es ésta una intervención sencilla; sale de los cánones de lo admitido como
tratamiento de la obra jurídica de una autor de culto en nuestra disciplina.
Al cabo de esta breve intervención,
no he querido establecer conclusiones definitivas, sino salir de lecturas muy
parcelizadas de Plá Rodríguez y explorar los rasgos más amplios de su
personalidad para alcanzar un conocimiento más integral de su pensamiento y su
práctica del Derecho del Trabajo, estableciendo vías para transitar entre el
profesor de derecho del trabajo, el político y el hombre de fe.
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